lunes, 6 de febrero de 2012

LO QUE TE CUENTA EL CORAZÓN por CARLOS VILLARRUBIA al hilo de AZUL TAN BLANCO de ROSA FALCÓN



Este texto nace al hilo de la lectura del poemario AZUL TAN BLANCO, de mi gran amiga y maga de la sensibilidad poética, ROSA FALCÓN. Horas de charlas y paseos por Madrid, Somosaguas o Pozuelo de Alarcón contándonos sueños e historias de robinsones. Cafés de otoño y brotes creativos de primavera eterna. AZUL TAN BLANCO, publicado por Ediciones Idea en 2011. Luis Eduardo Aute, amigo de nuestras travesías en el país de la imaginación, presentó en Madrid el poemario. Y el rumor atlántico de las Canarias besó la playa imposible de la capital. No es extraño que seleccione VAILIMA de AUTE para acompañar el texto y que mantengan su brújula los robinsones.


LO QUE TE CUENTA EL CORAZÓN

por CARLOS VILLARRUBIA

al hilo de AZUL TAN BLANCO de ROSA FALCÓN


Buscar puntos de luz en una soledad imposible porque nacemos para ser compañía. La insularidad no es un extrañamiento, es el indicio de un continente sumergido donde podemos perdernos en el bosque submarino. Allí no hay naves embarrancadas ni horizontes con el puñal de la nostalgia. Somos agua y el recuerdo no pesa, fluye y se transparenta cuando hay voluntad de respirar a cielo abierto. Quizá por eso el cielo es azul tan blanco con bandadas de ilusiones dibujando un sinfin. Quizá por eso el alma no encuentra espejo, porque es imposible fijar en una imagen la raíz anímica plenamente volandera. La palabra-imagen escapa de cualquier modelo. Lo que nos queda es la memoria dl porvenir, ya no hieren las páginas muertas. El papel se vuelve amarillo-como ya escribí tiempo atrás- y si bien una tradición cultural nos ha llevado al callejón sin salida de la desconfianza para vivir en la exquisita tristeza, creo que hay una rebelión íntima como en la roca de la paciencia de Yorgo Seferis. Volver a ser isla y habitar las estancias deshabitadas, aquello que no nos atrevemos a descubrir `porque simplemente nos asusta la posibilidad de ser felices."Azul tan blanco" es una apuesta por la precisión emocional de quien aún "echa a volar" cometas y si, en cierto modo, le apura el cansancio guarda la capacidad de gozar viendo disfrutar a quienes regala con su afecto. Divagar por los estados de ánimo como Rosa en el eco de los escritores con geografía como Michel Tournier. Ser deriva sin miedo a perder la brújula porque decidimos escucharnos y aceptar lo que el corazón nos cuenta.


CARLOS VILLARRUBIA.2012.

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