sábado, 4 de febrero de 2012

ANDALUCÍA, IMPRESIÓN DEL PARAÍSO y 3 por CARLOS VILLARRUBIA



ANDALUCÍA, IMPRESIÓN DEL PARAÍSO es el texto que ilustró la semana cultural de AGUILAR DE LA FRONTERA(CÓRDOBA) en el verano de 1988 y que significó para mi el encuentro literario con la tradición andaluza.Mi texto compartió tribuna con los de LUIS ANTONIO VILLENA, FERNANDO QUIÑONES, JESÚS TABLATE o GINÉS LIÉBANA. Luego mi vinculación creativa con Andalucía fue creciendo en el tiempo como ya está multiplemente reseñado en este blog. Para ilustrar esta última entrega el VERDE QUE TE QUIERO VERDE de GARCÍA LORCA en la voz de MIGUEL GALLARDO. A LORCA le dediqué el guión para TVE EVOCACIÓN BLANCA, EL ARTE DE VIVIR , el artículo EL ECO SONÁMBULO en DIARIO DE CÓRDOBA y un viaje documental y emocional para FIEBRE DEL SUR-CANAL SUR TV DE LA MANO DE JUAN DE LOXA, PACO LOBATÓN, FERNANDO MIRANDA y MIGUEL RÍOS. Con MIGUEL GALLARDO - y en compañía de los amigos ÁNGELA MURO y CARLOS BULLEJOS- pasé una jornada inolvidable en nuestra querida BARCELONA desde la PLAZA REAL a las faldas del TIBIDABO. Un recuerdo emocionado para el generoso maestro de autores y artistas allí donde tu alma creativa vuele, MIGUEL.


ANDALUCÍA, IMPRESIÓN DEL PARAÍSO y 3

por CARLOS VILLARRUBIA

El paisaje andaluz evita el miedo al miedo, la distancia ante el misterio. Lo que se ve, a fuerza de las fijaciones fotográficas, empaña lo oculto con el papel amarillento de la manía memorialista. La glorificación de la superficie del escaparate es el elemento-puente necesario para que reaparezcan las danzas húmedas. El arte juega en los campos emocionales.

El lado orientalista de Andalucía deja la tentación folklórica. Asoma la universal quietud; la necesaria elasticidad. Todo se mueve con calma cuando nadie se empeña en apoderarse del calificativo"artista". Termina la represión del tacto, porque necesitamos moldear y sentir la naturaleza. El tacto facilita la modificación de los modelos estáticos.¿Por qué el artista tiene que sufrir? En el interior gritan "otras cosas". Cuando se cierran las puertas, la tristeza es a menudo un simulacro contra la persecución histórica de la alegría.

Quienes cubren bajo palio de desesperación las manifestaciones populares de Andalucía juegan al damero siniestro de la capilla privada. El disparate que nadie lo vea; el hedonismo que sólo nosotros lo disfrutemos. La belleza para mi... y en la ventana crespones de dolor refinado- El paisaje nos ruega que practiquemos la irreverencia frente a esa religiosidad de cinco estrellas.La emoción no es un coto cerrado. Y Andalucía no debe eternizarse como oportunidad perdida.

La belleza-cuando no se posee de forma espontanea- enloquece a sus exhibidores, a los narcisistas de la gloria y de la pena fina. Quieren convertir Andalucía en una capilla privada. Lo preferente no es la obra, el cuerpo erudito de conceptos y palabras altisonantes. No necesitamos largos discursos. Lo que la tradición poética andaluza nos demanda no es el polvo de las bibliotecas; se llama simplemente "maneras de vivir". Paso a las imágenes y a la sonoridad del lenguaje; a la frase corta y el pensamiento rítmico, al hueco de las palabras y a la música de fondo.

Para moverse con tranquilidad hay que seguir por el cauce de la transformación de todo lo que nos rodea; copiar a la naturaleza donde pequeños mundos fragmentados conviven en armonía y dispersión. La tradición ya no es reaccionaria. Ser fiel al origen es una forma delicada de revolucionarse.

La movilidad y no el desastre. En el desván los moralistas del apocalipsis; en escena, la voluntad de vivir, la expansión de la energía. Un privilegiado lugar de cruce tiende las emociones al sol para que baile la nitidez de la intemperie.

La verdad no es una fórmula a transmitir; es una experiencia de concordia. La fuente de un paraíso culto y oculto. Necesitamos maestros, mentes que iluminen nuestra intuición, porque al entrar en el conocimiento estamos hablando de un acto de universalidad.

Andalucía tiene que deprenderse de las lágrimas. Es la tierra elegida para sintonizar con la quietud horizontal. Ganar los huecos que se descubren al contemplar el paisaje sin vértigo... y pertenecer a la dimensión elástica del tiempo. De forma alargada, casi desdibujados para reconocernos en otras formas, dejamos cosas muy íntimas en los demás, porque nuestro yo nos pide escenario; en la maleta de cartón, en el andén de de cualquier lugar a esperar la clave, la llamada, la canción o el poema que sugiera un estado de ánimo sin el placer del escondite. El recelo, en la cuneta; compartir y colaborar son los nuevos verbos. El creador se acerca a la belleza después de la estrategia de las tinieblas. En la otra orilla, el placer de vivir.

La sensualidad del ámbito, el desparpajo como ritmo cotidiano. El carácter animista y la palabra radial en este pequeño planeta dentro del planeta. La víspera, el sentido de la paciencia, la vigilia del humor convierte a Andalucía en la tierra de las tierras vinculantes. Sólo queda apagar las velas discretamente para que viva la presencia misteriosa del espacio sin códigos de miedo sin pesos hirientes del pasado.


CARLOS VILLARRUBIA

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