viernes, 3 de febrero de 2012

ANDALUCÍA, IMPRESIÓN DEL PARAÍSO 2 por CARLOS VILLARRUBIA



ANDALUCÍA, IMPRESIÓN DEL PARAÍSO es el texto que escribí para la escuela de verano de AGUILAR DE LA FRONTERA, donde compartí ponencias con Jesús Tablate, Luis Antonio de Villena, Ginés Liébana, Gonzalo Sol, Fernando Quiñones o Santiago Amón. Allí, en tierras cordobesas, mis palabras abrieron una colaboración intensa y múltiplemente creativa con Andalucía y con infinidad de creadores con esa raíz mistérica del Sur. Para acompañar esta segunda entrega, NO QUIERO PENSAR EN ESE AMOR, en la versión del grupo cordobés MEDINA AZAHARA.El tema pertenece a otro gran amigo de la música PEPE ROBLES, líder del histórico MÓDULOS. Con PEPE ROBLES compartí largas tardes de composición en ALCORCÓN. De allí nacieron apuntes, creaciones y maquetas como SÓLO PIENSO EN LLEGAR y NO ME PUEDO ATAR. Gracias Pepe por tus enseñanzas.


ANDALUCÍA, IMPRESIÓN DEL PARAÍSO 2

por CARLOS VILLARRUBIA

En Andalucía, en la tierra de todas las tierras y así dejar que la vida piense por ti, en el museo animado de los autómatas. La concordia es un acuerdo con las leyes de la vida, un pacto con la creatividad frente al destino fatalista. Pisas una tierra de vínculos, de redes de asociación de conexiones simpáticas, de fuentes originales de energía. Todo llama a existir en la acción, a abandonar la pasividad.

La rama dorada encuentra nuevas variantes de la fantasía. Y te sientes bien, en los lugares del conocimiento, olvidando la dictadura de lo siniestro;la destrucción de la naturaleza y el castigo de lo transparente. Y el trabajo es una consecuencia de la calma. En el paisaje andaluz, la naturaleza es una biblioteca de sugerencias. Escuchar el ruido de fondo del paraíso es como enmarcar la belleza, rodeándola de una memoria presente y ambiente. Aunque no siempre se acierte a nombrar a las ciudades invisibles, en el proceso de búsqueda está la clave para disfrutar de una cultura hedonista,

Quien tiene paciencia siente el paisaje. La paciencia se ha catalogado como modelo de resignación, el "ahora y aquí", el "todo ahora", "el presente al poder" no evitan la presencia atemporal de la quietud. Ser paciente es ser investigador, demostrar y demostrarse cortesía. Si uno presiona a la naturaleza, el ritmo originario reacciona con recelo y se repliega.

Vivir es perder el tiempo, afirma Bergamin esperando la mano de nieve. En la demora, partiendo de lo que nos rodea, surgen las conexiones imprevistas. Una sola forma de vivir aburre y precipita al desasosiego. Andalucía nos enseña la importancia de la voluntad de los grupos... los vínculos emocionales sirven de acomodo a la propagación de ideas. Disgregarse es la consigna; más allá de los lenguajes consigna. Existir no es un hecho aislado; las ventanas no te separan del mundo, te acercan a la diversidad y a la superación de tus conflictos. Andalucía invita a cambiar la escenografía de la casa particular, para sorprender con la fuerza de la energía original.

Lo generativo y lo creativo. La sustancia de la vida. Hablar con imágenes, lejos de la cultura exclusiva de los libros, lejos de la nostalgia de la vida porque se está en el acto de vivir. Ser pintor, ser escritor o autor es inseparable del hallazgo de maneras de sentir y existir. Tiramos al mar el valle de lágrimas para ver las cosas de otra manera. Andalucía no nos lo reprochará porque es inútil declarar la guerra al misterio. Los balnearios para desahuciados voluntarios del disfrute están cerrados en este planeta.

Una epidemia de gente triste ha querido maltratar Andalucía; alérgicos a la vida, enamorados de una liturgia de sangre. Lo sagrado del paisaje no puede ir asociado al sufrimiento; sí al sentido de la víspera, de la espera, de estación intermedia a la caza del éxtasis emocional. Los ladrones de sentidos han visitado el pequeño planeta convirtiendo la alegría en documental y la fiesta en folklore de muertos. Andalucía no puede depositar en esa cultura pirata su generosidad.¡Basta ya de velatorios sombríos¡ Tras los visillos, el país de la luz.

Andalucía se desprende de las zonas oscuras de su historia. La arquitectura y el paisaje deletrean el alfabeto mágico. Los misterios se desvelan lentamente. Los caminos del hombre reproducen la geometría de las figuraciones estelares.

Es el signo de una carrera espacial. La nave nodriza va abandonando los fragmentos que le pesan a medida que se acerca al centro de sus deseos, a la dorada plenitud. En la carrera , se abandona al niño que fuimos, al adolescente atormentado. La ley del espacio... manda. Guardar las cenizas de los recuerdos muertos parece sepultarnos en la parálisis permanente. El peso del pasado es la embajada de la muerte. Nos queda la memoria eternamente vestida de futuro.


CARLOS VILLARRUBIA

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