lunes, 19 de diciembre de 2011

SONRISAS DE PERPLEJIDAD por CARLOS VILLARRUBIA en torno a NO GANA UNO PARA SUSTOS de JOSÉ LUIS ESPINA.



Este texto se publicó en la revista digital CULTURALIA y también en formato papel de la misma revista. El vídeo que acompaña esta entrada refleja una de las múltiples actividades del amigo, promotor cultural y excelente autor de relatos JOSÉ LUIS ESPINA, asturiano radicado en EL VENDRELL) Tuve la oportunidad de presentar su libro en compañía de ALVARO COLOMER en la LIBRERÍA CATALONIA de BARCELONA en 2009)

SONRISAS DE PERPLEJIDAD
en torno a NO GANA UNO PARA SUSTOS, de JOSÉ LUIS ESPINA
POR CARLOS VILLARRUBIA

Dar voz al hombre perplejo, al desheredado juguete del destino. Todos somos un poco Benavides, un poco MAURICIO.Tal vez perdidos en las autopistas de la desolación, extraterrestres en un mundo lleno de clanes, sectas, inquisidores y sumisos. Espina delata esa extraña orfandad de personajes que añoran un espacio abierto de naturaleza viva para"respirarnos" elevando un vuelo libertario sin cotos vedados. El azar es la necesidad del buscador. La sombra que acompaña y nunca persigue. José Luis-casi sin quererlo- desvela al hombre perplejo como al potencial rebelde, porque su fuerza está en el sueño/ensueño. Sólo queda una salida. la dispersión.

El reparto literario de NO GANA UNO PARA SUSTOS es una galería de guiños a una tradición sonámbula, memoria inconsciente para el autor. Ahí están Fernández Florez, Mihura, Jardiel Poncela, Alonso Millán. Para qué insertarnos en la realidad si la realidad plana sólo ofrece plomo en las piernas. Sabor a Gonzalo Suárez con el paisaje asturiano que todo lo inspira sin apenas tansparentarse, Magia y misterio porque somos paisaje. Naturalismo , ecos de Pardo Bazán para ver árboles nuevos.

Y la baldosita floja de la ternura ante tantos conductores suicidas. Aldecoa de fondo, slaloms por Barcelona, hambre de cariño. Humor/amor con personajes de maldad imposible a lo Antonio Casal o José Luis Ozores. Seres que se pierden tras el aroma de flores distintas y encuentran su paz en lo invisible. La desmesura del hombre con la cabeza grande. José Luis Espina dialoga con los expulsados de la realidad triunfante. Y a tirar del hilo del cometa con miradas de Berlanga y Fellini. Mirada de interior a exterior. Quejido de soledad y desarraigo, seres líquidos, rumor de calles mojadas.

Y el hombre solo, pero mágicamente conectado al universo con sonrisa de perplejidad, lanzando bengalas como suspiros por ver si encuentra latidos en el caos.


                                   CARLOS  VILLARRUBIA

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