miércoles, 25 de enero de 2012

LA FLOR DE LA TRANSPARENCIA y 3 por CARLOS VILLARRUBIA



LA FLOR DE LA TRANSPARENCIA es el título del ensayo que publiqué en el número 58 de la revista ÁLBUM LETRAS ARTES. Es un viaje al encuentro con la naturaleza viva de la belleza y de la claridad que se adivina viajando en el lenguaje de la concordia. Para ilustrar esta tercera entrega PIEL TRIGUEÑA, del maestro y extraordinario conversador RODRIGO GARCÍA BLANCA, que aquí interpreta su tema en compañía de sus legendarios amigos CÁNOVAS, ADOLFO Y GUZMÁN. Charlas en Maximus, alli por MADRID barrio Hispanoamérica, de cuando viví en calle Colombia y compartí vecindad con Guzmán, Cybil Durango y tantos amigos de la creación. A Rodrigo tuve oportunidad de entrevistarle en los ochenta en profundidad, de lo que amablemente se ha hecho eco el genio FERNANDO MÁRQUEZ, con quien también compartí largas charlas en Viriato y luego créditos como autor en el emblemático MANZANAS de CÓMPLICES.


LA FLOR DE LA TRANSPARENCIA y 3

por CARLOS VILLARRUBIA

En el arte de esperar la vigilia clava menudo su daga perturbadora"No sé quién será, cuándo llegará". escribí para la música de Manolo Balboa, asomado al balcón de las calles mojadas de Santiago de Compostela. Rosiña de Rosalía, necesitas un salto al otro lado del abismo cuando alguien te "arrancó la alegría, como se arranca una flor", alguien que "pasó a tu lado", como sugiere Juan Ramón. Llamar a la puerta de los amigos del ensueño porque en su isla" todo renace en cada flor; en cada nuevo susurro del viento, en cada amanecer".

Escribo una canción mientras tú duermes y nacen nuevas primaveras en tus sienes, diría Rodrigo García Blanca. La flor del cansancio es grata al tacto, se deja querer, te besa la piel en silencio. Pero conviene arrancar con Machado la flor de la melancolía. Y así salvar la amapola que"calcinó un verano", porque "una verdad divina, temblando está de miedo y es una flor que quiere echar su aroma al viento".

Un vaso de alhelíes, lirios y verbenas en el territorio íntimo de Antonio Gala. Hay sed de aromas y risas. Pensamientos morados de Lorca; lirios altos. Y la hortensia con sus buenos días azules cerca de los arrayanes. Murmullo árabe por la mezquita de Córdoba, en los jardines de la Alhambra, por los Reales Alcázares de Sevilla. Voz nítida del más allá, en la memoria visual de Joaquín Lledó. Quién puede olvidar el estanque con nenúfares de ensueño veneciano.

En el universo del animismo africano, Seda Senghor imagina los campos como flores de luciérnagas. Maravilla primitiva que besa la playa del origen. Senegal, Dakar; las flores se resisten a la esclavitud de una mirada. A flor de fuego hay labios que lloran " arias olvidadas". Son los pétalos sagrados volando en el viento, montañas adentro en el hechizo universalista de César Vallejo. Quién se atreve a limitar el campo de las vinculaciones. Es el instante que nos recuerda Yorgo Seferis, cuando "la ilusión tiende puentes". Violetas pasionales, rosas de agua, tulipanes erguidos como espadas. En Keukenoff, en el holandés país de gnomos y flores; en los canales de Amsterdam, desde la barca-hogar flotante, bajo la terraza del Hotel Europa... puedo viajar por la ciudad de tus ojos. Y en la noche, agua de ayer al ritmo del amor. !Rescátame de tu rencor¡ Broto con la flor de la transparencia. Vuelvo de tu olvido y de repente me descubro visitando el planeta de mi diversidad. Pondré flores en los sueños.


CARLOS VILLARRUBIA

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