lunes, 30 de enero de 2012

LA BRÚJULA DE LA ILUSIÓN y 2 por CARLOS VILLARRUBIA



LA BRÚJULA DE LA ILUSIÓN es el título del ensayo que publiqué en el número 58 de la revista ÁLBUM LETRAS ARTES. Viaje a por el rescate de la ilusión, motor que nos devuelve al país de la imaginación creativa. Para ilustrar la entrega ESPÍRITU SANTO, muestra del nuevo sonido Barcelona con DELAFE Y LAS FLORES AZULES. Y a bailar la vida con otro ritmo.


LA BRÚJULA DE LA ILUSIÓN y 2

de CARLOS VILLARRUBIA


Hubo un tiempo donde por el brillo del pensamiento-superficie fue necesario lo retroprogresivo al estilo Bergson... el arco tensando la flecha hacia atrás para proyectar el impulso. Ahora la flecha se ha roto y flota en la languidez del tiempo congelado, en la exaltación tribal, en la imposición de la frontera frente a la fascinación de lo fronterizo... en el callejón del miedo. El profético pavor a la libertad se ha convertido en soga mediática... el pensamiento igualado por lo horizontal. Que nada destaque, que el talento se reprima. Todos a repetir la consigna.

Demasiado nirvana para mi sangre latina. Falta pimienta a la rutina. Té con jengibre para que el hormigueo enderece curvas y cordilleras. Y el sofá nos expulse... a dialogar con el paisaje. Pasear intercambiando estados de ánimo con las fuerzas de la naturaleza.¿ Cómo es posible entonces sentir agobio existencial? No somos gigantes de la mitología; no necesitamos soportar las columnas de Hércules. El mundo no acaba en nuestra individualidad; empieza en cada respiro de iniciativa creativa que nos atrevemos a intercambiar con el latido del Universo. La creación necesita pìstas para que países imaginarios te dibujen trajes con el viento.

Relativo, duda, de oca en oca, de trampa en trampa. Esa ambigüedad es cansada. Las cargas de profundidad emocional producen un efecto devastador porque sobre ese terreno jamás se reproduce el cultivo de la ilusión. Luego piden perdón, inventan citas bajo la luna, se desbordan en promesas de viaje hacia un cielo de estrellas pero la pantalla ya está en negro. Volvamos a las azoteas, a bailar con los sueños en las alturas de los edificios. Tiendo allí mi ropa para que el viento, el sol... se lleven el hollín de los túneles. Tiraré los falsos tabiques para que entre la avalancha por el ventanal. Pasearé desnudo por mi aldea mental para hablar con mi cuerpo enamorándome de cada rincón... porque el diálogo con el descubrimiento me alegrará la ruta. La brújula de la ilusión siempre me acompañará.

Sé siempre multiplicarme o tal vez desintegrarme; nunca me faltará vuelo. Fuera el stress, muera la depresión... no quiero ser uno más en la lista del naufragio, que el mundo gira y yo con él. Detrás no queda nada ni siquiera el aliento; sólo un eco de luz de gas. El portal del atraso con regusto de otra vida que nunca fue. La brújula de la ilusión desvela lo que viaja con la luz del misterio. Perderse será siempre- en su mágico compás- sentir el placer del encuentro.


CARLOS VILLARRUBIA

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