miércoles, 28 de diciembre de 2011

EL BOSQUE SUBMARINO 1 por CARLOS VILLARRUBIA




   EL BOSQUE SUBMARINO es el ensayo que publiqué en la revista ÁLBUM LETRAS Y ARTES, número 60. Es un viaje por las transparencias y claridades de los bosques submarinos y sus imágenes literarias y conceptuales, un homenaje a ese oxígeno emocional que siempre nos ampara desde las profundidades del alma, allí donde nada pesa y los colores renuevan su latido. En esta primera entrega del texto os ofrezco el clip de un directo de LLUIS LLACH, con su inspiradísimo MAREMAR. A Lluis tuve oportunidad de conocerlo en mi época periodística televisiva de VOSTÈ PREGUNTA. Su capacidad para deletrear el lenguaje de las emociones supera todas las fronteras.


                                              EL   BOSQUE   SUBMARINO
                                                                       por CARLOS  VILLARRUBIA
                                               capítulo 1


                                             En la tormenta callada de los arrecifes, bajo la piel silenciosa de tu desnudez, planeta-agua te saludo entusiasmado con el idioma del cariño. Vuelves a darme la vida desde la soledad. Cintas, filamentos, casi a flor de un cielo que de azul intenso siempre es humedad. Y suena el órgano del mar. Rojo el coral de la sangre; pacífico el océano abierto. Cinturón de Venus, pluma de mar, atolón perdido, banco de sorpresas. Fuerza del detalle, imperfecta simetría de paisajes escondidos. El mundo no cabe en un acuario. El agua besa eternamente la playa Libertad. Y el universo deja entrar el sol por la cúpula-incógnita de la superficie marítima. Abajo, en el centro del enigma habla un volcán de espuma para que nuestros pasos jueguen al zig zag con la deriva de los continentes sumergidos.

                                             Ser esponja, esponjarse, demorarse en el descubrimiento. Después de ti, en un nuevo infinito, lejos de leyes quemadas, bajo el batir de las olas...crecer en la melosa balada del mar. Mi casa-agua. Aquí no es fácil mentir; si somos tú y yo sin el peso de los recuerdos, en el líquido pasillo de un bosque de algas. Raíces, tallos, frutos. Flora y fauna en maridaje submarino. Rojo anaranjado, amarillo, pardo, azul, blanco. Paleta de colores.

                                             Pero, ¿quién es el mar?, "el que ya estaba y era", en la sabiduría de Borges. Abismo, resplandor, siempre virgen.

                                             Deja que te hable el mar como Ulises a Nausica. Fueron tantos los gritos en la almohada que me fugué con la balsa de la claridad. Y a escribir en la blanca página. Antonio Gala acompaña la íntima navegación en el lugar, "húmedo y limpio como un beso". Apegados a la clave secreta, la oscuridad no es un delirio. Ya no sabe amargo el licor de la Afrodita marina. Te puedes bañar en el poema del mar, buscando el envés de Rimbaud "devorando azul-verde, en el que flota a veces, pálido y satisfecho el ahogado pensativo".

                                             Tiempo feliz. Cosquilleo infantil. Madrelunas que amparan la quietud de los topacios. También madreperlas y una botella fugitiva con el mensaje de William Faulkner, "la oscuridad asciende, en doradas alas de violines y luces". No busques explicaciones a este delirio; aunque llores, gracias a Quevedo"crece el mar y la tormenta"... porque como Simone recoge en su canto de los niños de la calle de Brasil, " si llora... seguramente que ama".

                                             Viene del mar el sonido de un garrotin asturiano. Quién hablará de las liras agazapadas en el silencio tan alejado de la costa. Mundo submarino iluminado por millones de seres fosforescentes. Vida acuática en la planta baja de nuestros sueños.


                                         CARLOS  VILLARRUBIA




                                                 
                                                             

No hay comentarios:

Publicar un comentario