jueves, 15 de diciembre de 2011

ALBERTO CORTEZ por CARLOS VILLARRUBIA






(Este retrato de ALBERTO CORTEZ lo publiqué en SEVILLA SEMANAL año 2000)


ALBERTO CORTEZ

por CARLOS VILLARRUBIA

Callejero por los recovecos del alma. Con la estirpe nigromante que sólo respira por la herida de la amistad, Alberto, desde La Pampa a Machado vía Europa hacia la estación poética de Miguel Hernandez me baila las palabras en el idioma húmedo de quien te quiere ver crecer. Ahora se abriga con la fe que remueve los continentes sumergidos y activa la eterna sonrisa de la cordialidad. Por su voz intuí los paisajes de la Alameda de Chabuca Granda, que al pasar de los años disfruté gracias a la biografía audiovisual de César V allejo que imaginé para Por la ruta de los vientos TVE.Caballitos de totora, del Puente a los Suspiros, caballeros de fina estampa y la mano abierta por los caminos del alba. Castillos en el aire para la locura que Hölderlin y Panero aliviaron como raíl paralelo. Pero, presidiéndolo todo, la ternura. Sin economía de palabras ni prudencia de protocolo. Humanidad mojando la sequía con el teclado armónico.

Alberto me recibió a mediados de los ochenta en el Teatro Espronceda. Siempre con la protección alada de Renata, su mujer, dueña del lenguaje de los amores plásticos, pintando la luz nunca dudosa del día. Comprendí que la alquimia de aquella pareja iba a bendecir un nuevo tránsito, En el área de influencia de la Agencia Efe parecía imposible seguir nadando en el malecón periodístico, Pero la entrevista fue un talisman para el investigador-reportero. " Oye, no pierdas el tiempo preguntándome, tú tienes tantas cosas que contar". Su bonhomía de tierra adentro, allí donde el corazón tiene ruedas de emigrante, te lleva a buscar la exquisitez que el español bien mimado ofrece como fiesta de la palabra. Las noches de Madrid en la madrugada de La Carreta, con Velasco Ferrero y Mariela-Victoria y los tangos del amanecer me recobraron la canción de Alberto Cortez con una ciudad que se apaga y otra que se enciende; New York mesetario que hoy me sabe a pequeño. MirtA MILLER, al calor de la embajada argentina, susurraba "Te llegará una rosa cada día, que medie entre los dos una distancia".

La ventolera, la ruleta rusa o un corazón que no negocia con la frialdad han jugado a veces al damero maldito con Alberto, pero el niño de Rancul sabe que en su estación se recrea el centro del Universo. Sí, allá donde crece lo que nunca se extingue-.Para nunca despoblar la patria de la ternura y regar así de comprensión a la naturaleza original. La vida viene, se va la vida y la mente vuela sin ataduras. Y no perseguir nunca el foco, que la luz te busque porque emanas fuente de palabras, geiseres anímicos. En México, Perú, Buenos Aires o cultivando el jardín de la memoria por los inviernos de Boadilla del Monte. Alberto Cortez , poeta de la vida sencilla, eterno maestro de la alquimia afectiva.


CARLOS VILLARRUBIA

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