(Al compás de los paisajes gallegos y en compañía de toda la fuerza de la naturaleza visible o invisible nació este poema-leyenda con estructura de canción)
De pronto un piano en el pazo sonó
entre matorrales y llantos de amor
la mano encantada allí me llevó
... tocaba "os teus ollos"
galante salón
Mis pasos perdidos y algún tropezón
los cuadros caían y un loco reloj
marcaba la hora del nunca jamás
Jarrones con alma a la espera de Flor
la dueña que un día de allí se fugó
buscando el ocaso de su desamor
Un golpe de viento allí me empujó
las hojas de otoño de alfombra veloz
nadie por la casa, el piano sonó
Son cosas de meigas o del soñador
que abraza leyendas
con cierto temblor
... las teclas hablando
sorprendido yo
Subí la escalera siguiendo el compás
crujían maderas queriéndome hablar
... aún no te vayas
escucha al lugar
Tesoros de un tiempo de brillo fugaz
y en la biblioteca un dorado ejemplar
de nuevo en la casa un aire de paz
Los viejos mensajes querían captar
a un lector amigo que fuera a salvar
la vieja leyenda del nunca jamás
Dile que la espero desde el más allá
amores sentidos saben esperar
a roda do tempo me supo encontrar
Capté aquel mensaje
y quise escapar
pero la escalera desapareció
perdido en el sueño allí me quedé
De pronto el piano del pazo calló
y el alma perdida de Flor regresó
yo fui el mensajero de su rebelión
Luar de lugares
rondalla de sol
ruliñas de plata
buscando el calor
de un beso furtivo
que aleje el adiós
Silbando"os teus ollos"
de allí me marché
y el noble piano tocaba en mi honor
el paso tranquilo ya se evaporó
No sé si fue sueño
o fiel proyección
las almas perdidas
prestaron su voz
al baile del viento que me acompañó
Si por las ciudades
del mundo veloz
o en el universo de un mago burlón
de pronto el piano del pazo volvió
Galicia invisible
silencio hablador
cantigas del miedo
!curenme el temblor!
O can trapalleiro
rondando el rondón
Escribo en el aire palabras de amor
tal vez no lo creas, mensajes de Flor
el alma perdida que al pazo tornó
De pronto el piano
teclado feliz
buscó entre la niebla
a su emperatriz
Y el pazo encantado de mi se alejó
CARLOS VILLARRUBIA
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