martes, 3 de enero de 2012

EL BOSQUE SUBMARINO y 3 por CARLOS VILLARRUBIA.



EL BOSQUE SUBMARINO es el ensayo que publiqué en el número 60 de la revista ÁLBUM LETRAS Y ARTES. Es un viaje a la transparencia de las profundidades , allí donde habita la claridad de lo invisible, la esencia de lo eterno. Acompaña aquí al texto la canción UN MAR SIN FONDO que escribí con Teo Cardalda para el grupo gallego CÓMPLICES y que se incluye en el CD multieditado internacionalmente MANZANAS. En aquel disco compartí créditos como autor con toda una generación de ilustres amigos Carlos Bullejos, Teo Cardalda, José María Cano, Fernando Márquez y Antonio Vega.


EL BOSQUE SUBMARINO y 3

por CARLOS VILLARRUBIA


Madreperlas y volandeiras de correrías por el agua. Leer en nuestros ojos profundos y con Sedar Senghor, "reconquistar las perlas últimas... hasta el fondo de los océanos helados". Si tanto te marginan puedes acostumbrarte a prescindir... y en esa inmersión fantástica, en lo que- para otros- es la sima más profunda hallas la libertad bajo las aguas. Y nunca se quiebra la huella de la noche de samba"en aquel viejo café de Puerto España".

Adiós a los barcos inservibles, al último día del Apocalipsis. Decir adiós para volver a tu mar ideal como Juan Ramón Jiménez: "De pronto, tú te ahogas en tu ola; yo en la mía... y sumisas, tu ola sensitiva me levanta; te levanta, la mía , pensativa".

Matices de esmeralda y zafiro. Fujos y bejucos. Quién no imagina a Julio Verne en veinte mil leguas de viaje submarino. Naturaleza quebradiza, matas coralinas. Lo vegetal es lo animal y lo animal se vuelve bosque. Todo en un juego mineral. Soledad y silencio para escucharte y también para escuchar.

En las profundidades un ayer de lagos escondidos. Oro en paño y el aullar de los mares más allá de nosotros. Regadera de Filipinas. Aguas de PERLA.Según su color, su oriente, sin parangón. Pero cómo llegó el mar a ser así. Yorgo Seferis ve consumirse las algas blancas en el fuego.

El horizonte-límite se transforma en horizonte móvil, concéntrico, profundo, en perspectiva de humedad. Horizonte inverso que supera jerarquías. Al nuevo orden no se vuelve, se va; se viaja a lomos del río íntimo de las corrientes oceánicas. Estamos llegando a un nuevo mar, a esa belleza que ha permanecido humildemente escondida y a la que nadamos sólo si prescindimos de peso de los recuerdos. Jan Porcellis conduce a las artes plásticas las naves agitadas por una brisa moderada. Simón de Vlieger fija su instantánea de presente intemporal en la tormenta en la costa.

Barco a la deriva, no. Y nada de lo que supone inmersión sabe a pique, a descenso... Nada se derrumbó dentro de mi. Llena la luz las sombras de mi soledad. Anglada Camarasa, Echeverría o Solana ponen un islote en el mar en el Reina Sofía. Serena-sirena cómo cantas y te busco por los mares del sur, de pinares junto a la luz del mar. "Ninguno ha conocido la lengua en la que cantan las sirenas", sueña Cernuda por el Guadalquivir.

Joan Perucho pasea por la memoria de Defoe para conversar con Robinson... " y la afirmación del ser frente a las fuerzas disolventes y aniquiladoras de la naturaleza". Respiro el aire invisible; prefiero amar desde el volcán submarino. ¿Qué pasa en los abismos lejanos?¿Qué seres habitan y pueden habitar a doce o quince millas bajo la superficie de las aguas? Byron, Allan Poe sobre un paisaje de gorgonias dispuestas en abanico, esponjas suaves de Siria, Isis de las Molucas.

En el fondo del mar vive hasta lo que muere. Memoria animada que se camufla del letargo y te besa en silencio cuando la sabes saludar. En cuerpo de mar, en cuerpo de mujer. De gruta y oquedad, de azul el color y en sus ojos la fe de la profundidad.


CARLOS VILLARRUBIA



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