Faros en la niebla del desasosiego. Rumor de calles mojadas y el murmullo del viento. Sinfonía de pizarras para mi alma oceánica. Anduriñas como naves hipnotizadas por el cielo me desvelan los secretos de un mar de piedras. Intimidad tan húmeda como la emoción que lagrimea por el universo de una mirada. Y todo es luz si la ciudad enciende la silueta amurallada. Canto el xirarei atolondrado y beso a la luna morena que se despide desde el adarve. Ronda de muralla y casi con mis manos toco el cielo y abro el paisaje. Veo a un MIÑO mensaxeiro y a los clérigos silentes de camino hacia la CATEDRAL o el PALACIO EPISCOPAL. Agarimosa alameda y versos de CELSO EMILIO FERREIRO. Y somos paisaje; palabra-paisaje; hombres-bosque en el hechizo de la concordia. Apuro el primer sorbo de la mañana en el CAFÉ MADRID, bajo los soportales como indicio de corredoiras. Y vuela mi imaginación al lugar familiar de PIÑO y MONFORTE DE LEMOS, al mágico REQUEIXO, lugar donde aún se guarda la leña. Allí donde recibí la lección de la palabra-manantial, del texto-leyenda transmitido por la sabiduría de las generaciones. OTERO BESTEIRO, amigo del alar-ido, escultor del alma gallega-animada, siempre me recordaba desde sus disfraces de BOSCUMAN el poder del origen. Naturaleza-viva, naturaleza-madre y el MIÑO garabatea su camino-destino mientras me demoro en la paz activa del PARQUE ROSALÍA DE CASTRO. Rememoro los versos de CLAUDIO RODRÍGUEZ FER en "LUGO BLUES": " O parque instaura un tempo/ de fugaz eternidade nos matices/ do único que en LUGO permanece sempre".
Anímate ánima, me silba la música del silencio mientras entono la canción-sonrisa por ver si o diaño deja de enredar en el HOSPITAL XERAL. La ciudad cae hacia el mediodía con su procesión armónica de paraguas. Y reparo en la LIBRERÍA BALMES- sobre un texto de OTERO PEDRAYO- en la fugacidad del instante cuando lo despojamos de su intensidad intemporal. Vida para vivir en las danzas húmedas, geiser anímico que brota de las termas romanas. Campanas que te envuelven como sombra que acompaña y nunca persigue. Podría imaginar- tras un paseo a caballo entre la niebla a CUNQUEIRO y a LUJAN preparando su excursión gastronómica por el laberinto callejero. Seguro que JULIO CAMBA y ANTONIO D.OLANO también acudirán a la cita. Pescados, mariscos, caldos, zorzas. Sardinas de FOZ, centollos de BURELA, capones de VILALBA, patatas de la TERRA CHÀ, pulpiño por SAN FROILAN. Todo me sabe a humedad cuando me acuerdo de ti y el viento suena como un agarimo. Siento a GALICIA dentro del alma y desde el CÍRCULO DE LAS ARTES cercano a la PLAZA MAYOR imagino un tiempo detenido de móvil quietud. Luego, me sorprendo con la elegancia centenaria del CAFÉ CENTRO y emprendo un viaje hechicero en el tiempo a bordo del vino de RIBEIRA SACRA mientras vuelan cazuelas de huevos rotos con chorizo de la tierra.
Chove miudiño y los grises encuentran su espacio en el latido del color. Dejo que las calles mojadas despierten mi querencia de sábanas dulces y valsecitos horizontales para amar después e amar. ¿Quién dijo tristeza? La saudade es melancolía activa y un aroma de exquisitos pasteles suaviza el tobogán de la tarde. Rosalías peregrinas, membrillo con nueces del PAZO DE CORUXO. . Pero vuelvo a LUGO, el lugar de lugares, la puerta divina para los viajes mentales. Regreso para volver a volver, donde nunca se hace tarde . Se enciende la muralla y paseo mi alma bohemia por el CAFÉ CLAVICÉMBALO. Mañana ya es hoy y juego a ser feliz buscando mi nuevo traje en el viento.
CARLOS VILLARRUBIA
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