viernes, 4 de febrero de 2011

Texto: El Latido del Color

El Latido Del Color
 Texto de Carlos Villarrubia dedicado a su amiga la pintora Celia Martínez que también podéis encontrar en su pagina web www.celiamartinez.com

Celia Martínez junto a uno de sus cuadros

El hilo de la alegría conecta el mundo árido con la humedad de lo invisible. Para transparentarse y abrir la puerta al misterio cercano es preciso desplegar el mapa de la intuición. Perder el miedo al miedo, salir de la estrategia de las tinieblas. Celia Martínez emerge de la naturaleza viva con el latido del color. No le asusta el caos, juega con la dispersión con el pincel animista de su mirada. En todo hay vida y a todo podemos entregarnos con amor. En tiempos de fuga y salidas de emergencia, la voz pictórica de Celia es un abanico de zarabanda y pasa calles. Aire de fiesta entre grutas y cuerpos que buscan la fe de las caricias. Navega la corriente submarina y transparente. Luz en los callejones, oxigeno sin puñales ciegos. Cuenca en su planeta- madre y en el dialogo con las fuerzas de la naturaleza extrae la magia que emana con el sentido del tacto. Tocar no es invadir, seducir no es mentir, abrazar no es aprisionar hasta el estrangulamiento, Soñar sabe a escuchar, a bailar con el murmullo del viento, viajar sin buscar la épica de la derrota. Hay un horizonte de calma si aceptamos el beso de la vida. Celia se desliza por la pista sin asomo de narcisismo con su pensamiento bailarín tejiendo redes de hermandad conexiones naturales. Azules de concordia, verdes de caminos mojados, formas que solo el fuego de la pasión acierta a adivinar. En cuerpo de mujer saca a pasear la imaginación por los pasillos de su alma nómada. No acepta la batalla, la sobrevuela para observarla en su minimez. Acudir a su cita pictórica es como corretear por el mercado de la alegría sin miedo a perdernos en el placer de compartir. Salen los sentimientos del escondite porque la mirada enamorada de Celia abarca la vida sin empalago.
Abanico realizado por Celia Martínez
Sus abanicos son arquitectura del aire, melancolía en danza esperando que alguien comprenda lo que se dice entre palabras, lo que amanece en el lenguaje de las miradas. Sanar es desprenderse, salir del ego para descubrirse en la multiplicidad. Somos en uno mil, teatro de la memoria capaces de olvidar las viejas heridas del recuerdo y crecer hasta universalizarnos en la esencial del afecto. Entrar en el planeta - Celia es salir de la amargura cotidiana y paladear el gozo del placer cumplido. El arte no necesita pasividad ni sumisión; quiere ángeles activos con voluntad de darle ritmo a la existencia. Las formas inexplicables encuentran acomodo en el lugar donde nunca se hace tarde, allí donde el hogar creativo de seres como Celia inspiran a la vida para seguir manando vida, latido del color sosiego en el caos. Dulce secreto móvil quietud.

Carlos Villarrubia                         

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