A los cines de mis barrios de L’Hospitalet por los años
borrados y en mi memoria viajera siempre vivos.
borrados y en mi memoria viajera siempre vivos.
Aquellos cines siempre van conmigo
escuela abierta en cinemascope
New York, París, Caribe en la retina
mi barrio también tiene corazón
Viajar al fondo de todos los mares
en matinales del Constelación
cantar con Valderrama al emigrante
sabia semilla de la inspiración
Vikingos atracando en Santa Eulàlia
en playas entre nubes de algodón
de azúcar tardes con sesión continua
en el Victoria al resguardo del sol
Y con Martínez Soria atolondrado
mudando desde el campo a la ciudad
por el Florida noches de verano
de baile con Travolta o Fred Astaire
Puente de la Torrasa, media tarde
y cero-cero-siete en plenitud
desde el Moderno viajo hasta el Romero
y apaño algún tebeo por Collblanc
El bueno, el feo, el malo, encadenados
al “Spaghetti Western” sin piedad
y suena Morricone en el Stadium
otra de oeste en el Continental
Navarra o el Alhambra desahuciados
paseo por las calles sin cartel
dónde estarán mis cines, luz del barrio
sesión continua y hambre de querer
La Rambla se protege temerosa
pues quieren apagar el proyector
el cine sueña balsas milagreras
y apura su naufragio con honor
Aquellos cines siempre van conmigo
en sus viejas butacas dormiré
el sueño del romántico perdido
que busca en la pantalla algún motel.
escuela abierta en cinemascope
New York, París, Caribe en la retina
mi barrio también tiene corazón
Viajar al fondo de todos los mares
en matinales del Constelación
cantar con Valderrama al emigrante
sabia semilla de la inspiración
Vikingos atracando en Santa Eulàlia
en playas entre nubes de algodón
de azúcar tardes con sesión continua
en el Victoria al resguardo del sol
Y con Martínez Soria atolondrado
mudando desde el campo a la ciudad
por el Florida noches de verano
de baile con Travolta o Fred Astaire
Puente de la Torrasa, media tarde
y cero-cero-siete en plenitud
desde el Moderno viajo hasta el Romero
y apaño algún tebeo por Collblanc
El bueno, el feo, el malo, encadenados
al “Spaghetti Western” sin piedad
y suena Morricone en el Stadium
otra de oeste en el Continental
Navarra o el Alhambra desahuciados
paseo por las calles sin cartel
dónde estarán mis cines, luz del barrio
sesión continua y hambre de querer
La Rambla se protege temerosa
pues quieren apagar el proyector
el cine sueña balsas milagreras
y apura su naufragio con honor
Aquellos cines siempre van conmigo
en sus viejas butacas dormiré
el sueño del romántico perdido
que busca en la pantalla algún motel.
Carlos Villarrubia
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